lunes, 5 de diciembre de 2011

No, no estoy; y no me busquéis...

No, no estoy,
y no me busquéis
pues estaré en ningún sitio
y mi mente se esfumará cual humo de cigarro
apagado o encendido
de tabaco negro o rubio.
Si no comprendo esta vida,
qué le voy a hacer,
si no comprendo este teatro,
me limitaré a no entender.
No tengo más que hacer,
nada más que intentar,
solo tumbarme en la penumbra
y mirar...
Hasta que las flores se marchiten.